Cuando acabamos de tener un bebé, lo primero en lo que debemos
pensar, después de la ropa y la organización, es el espacio. Deberemos tener a
punto su habitación para la llegada del nuevo miembro de la familia, para que
se sienta verdaderamente en su hogar.
En primer lugar deberemos pintar
la habitación. Podremos elegir los colores de siempre, es decir, rosa o
azul pastel, dándole un toque infantil y entrañable. Si lo prefieres, también
podrás utilizar doble color con cenefas con motivos infantiles, con osos,
cigüeñas, delfines...hay cientos de opciones donde elegir. También podrás optar
por cenefas en las paredes con dibujos hechos para los niños. Los más
utilizados son los de animales o el cielo con sus nubes y su arco-iris.
Los muebles para los bebés suelen ser blancos, pues le dan a la
habitación ese toque infantil característico, pudiendo ir a juego con su cunita. Pero la madera también es una
opción, o incluso los muebles en distintos colores que no tiene por qué ser el
blanco.
Si más adelante queréis cambiar la habitación para cuando sea un poco
mayor, no hará falta cambiarlo todo, sino solamente la cuna por una cama y
algún que otro mueble, podrás incluso retirar las cenefas y pintar las paredes
de otro color.
Todo es cuestión de gusto,
pero si se decora con cariño y con estilo, el nuevo inquilino disfrutará de una
bonita habitación durante sus primeros meses de vida.